México.- Lo que comenzó como una conversación tranquila alrededor de la fogata se transformó en un momento de cruda honestidad a tan solo unas horas de la temida Gala de Nominación.
Abelito se mostró vulnerable como nunca antes, revelando el lado más duro del encierro confesando que el aislamiento ha provocado en él una fuerte ansiedad y una profunda nostalgia por su familia.
Abelito se siente perdido en el tiempo: “Aquí ni se sabe qué horas son”
De acuerdo con el influencer, reveló que el aislamiento lo hace sentir perdido en el tiempo: “Aquí ni se sabe qué horas son, familia, la neta”.
Además aprovechó para hablar de lo mucho que extraña a su perro “Taquito”, un bulldog francés con el que asegura tener una conexión única, bromeando hasta por su singular forma de “roncar” en ambos.
“Yo y él somos uno mismo”, dijo con nostalgia, recordando que hasta sus hábitos son parecidos.
Lejos de su familia
El aislamiento ha afectado a Abelito, llevándolo a extrañar profundamente a su familia. El influencer reveló que lo que más le pesa son los momentos más simples, como comer juntos, celebrar un cumpleaños o grabar videos para sus seguidores.
Incluso explicó que lo más triste es que su cumpleaños número 26 se acerca y la relación dentro del reality se está volviendo complicada.
“Este año cumplo 26 y lo triste es que ya nadie más cumple antes que yo. Aquí las cosas se ponen complicadas”, expresó el influencer.
El influencer confesó que la falta de comodidades lo ha obligado a improvisar incluso con la comida, llegando a inventar bocadillos con pan y mermelada para celebrar su cumpleaños.
Además de sus preocupaciones familiares, Abelito también habló sobre su imagen en televisión y reconoció que le cuesta aceptarla. Con una mezcla de humor y vulnerabilidad, confesó que al verse en el cine llegó a pensar: “Ese espantajo soy yo”. Aunque tomó el comentario con una risa, dejó en claro que le preocupa la forma en la que los demás lo juzgan por su apariencia.
Finalmente, recalcó lo mucho que extraña a sus seguidores, su desconexión de las redes sociales y la ausencia de su vida cotidiana que lo han hecho regenerar una nueva rutina para el reality.
La conversación frente al fuego mostró una faceta más íntima de Abelito, menos bromista y más cercana. Un joven que, entre anécdotas y recuerdos, dejó ver la ansiedad que el aislamiento le provoca, la nostalgia que siente por su perro y la falta que le hace su vida diaria.